Cada boda es única y diferente, que mejor que esta para demostrarlo. Viena fue el escenario del gran día de Patrizia y Volker, lo celebraron en el Heuriger Plos, un típico local de Austria especialista en vino casero en Sooß. La verdad es que el sitio no podría haber sido más bonito.
La boda fue una celebración íntima en la que se respiraba el cariño de todos los que estaban allí. Los niños de la familia alegraban la fiesta y el photocall arrancó más de una carcajada a los invitados. La emoción del padre de la novia o las sonrisas cómplices de esta y su mejor amiga hicieron que el día fuera inolvidable.