Con los ojos cerrados. Durmiendo. Tranquilo. O en brazos de sus ‘papis’, Mª Ángeles y Paco. El pequeño Sacha crece y yo he sido testigo de ello. Desde antes de nacer. Y es que fue protagonista de una de mis sesiones más especiales: la espera de Sacha. Ahora es un bebé feliz que parece acostumbrado a las cámaras. No me extraña en su casa, con todos mis ‘aparejos’. Y posa para el objetivo: sonríe, bosteza, se despierta. Y se le ve feliz. A él y a sus padres que llevan la sonrisa puesta desde que Sacha llegó a sus vidas.